Necesitamos leyes sobre el tabaco que protejan, no que perjudiquen, a nuestras comunidades diversas

Durante años, muchos legisladores han aprobado políticas ineficaces que penalizan a las personas que compran, consumen o poseen tabaco, especialmente los niños, creyendo falsamente que sería una medida preventiva.12 Estas leyes, llamadas leyes de compra, uso y posesión (PUP, por sus siglas en inglés), no evitan que la gente consuma tabaco y, de hecho, han tenido consecuencias trágicas e imprevistas, especialmente para las comunidades diversas.34

Las leyes PUP permiten que las autoridades traten a las personas que consumen tabaco como delincuentes, cuando en realidad son víctimas de productos adictivos y de las tacticas de la Industria del Tabaco. Los jóvenes afroamericanos y los latinos/hispanos presentan tasas de infracción de las leyes PUP más altas a las de los jóvenes blancos, incluso después de tener en cuenta la frecuencia con la que consumen el tabaco.5

Las leyes PUP pueden resultar en la persecución racial y a la violencia,67 y existe poca evidencia de que funcionen.8 Incluso los jóvenes que consumen tabaco se preocupan más por evitar ser descubiertos que por cambiar su comportamiento.9 Las leyes que se centran en las tiendas de tabaco mediante la restricción de la venta de productos responsabilizan a los negocios y no a los consumidores.10 Con la financiación y el cumplimiento adecuado, las restricciones de la venta de tabaco en las tiendas han demostrado ser mas efectivas que las leyes PUP para reducir el consumo inicial y habitual de tabaco por parte de los jóvenes.11

Según Carol McGruder, cofundadora y copresidenta del Consejo de Liderazgo Afroamericano para el Control del Tabaco, (AATCLC, por sus siglas en inglés) las políticas sobre el tabaco deben elaborarse y cumplirse de manera que eviten daños, pérdidas de vidas humanas y actos de violencia. Las leyes sobre el tabaco deben reducir el acceso a estos productos adictivos y mortales. Los programas de salud pública deben proporcionar servicios que se adapten culturalmente y que reduzcan la demanda, apoyando a las personas que quieren dejar de fumar.

“La Industria del Tabaco lleva décadas dirigiéndose y matando a miembros de la comunidad negra mediante estrategias de mercadotecnia depredadoras diseñadas para engancharlos con productos mortales con sabor a menta y los cigarrillos mentolados”, afirma McGruder. “Y lo que es peor, en sus esfuerzos por proteger sus ganancias, la Industria del Tabaco difundió la mentira de que estos productos forman parte de la cultura negra, explotando al mismo tiempo el miedo de la comunidad a la brutalidad policial. La aprobación de la ley del tabaco con sabores de California en el 2022 es innovadora no sólo porque es un paso gigante para acabar con esta explotación, sino porque fue diseñada para evitar criminalizar aún más a los afroamericanos y latinos.”